viernes, 3 de octubre de 2014

Desafío Faro a Faro

He tenido que dejar pasar unos días para poder empezar a escribir una crónica. Como cuando alguien acaba de enamorarse ciegamente, hasta que no se tranquilicen las emociones, uno pierde la capacidad de formar frases coherentes y describe visiones desde otro mundo o desde dentro de una burbuja irreal donde los colores cambian, el rojo sangre al rosa, el negro a casi blanco.
Mientras hemos seguido nuestra fiesta en Facebook, junto con los demás que han vivido la experiencia, y  pude darme cuenta que yo no era el único en ese estado de euforia. Es mas, creo que ningún participante ha escapado y si alguno hay, no se ha manifestado. Mas que un "amigo" de la red social se habrá preguntado qué es lo que nos dieron de comer... Sin haberlo vivido desde dentro, tiene que ser difícil entender lo que sentimos.
Pero suavemente estamos bajando de la nube para volver a tocar suelo con los pies. Habrá que esperar al año que viene para vivirlo otra vez, y no será igual. Pero si se intenta cambiar lo menos posible, será parecido.
Que ha pasado? Les cuento.
Primero, qué es el faro a faro. Un desafío, un reto no competitivo por pareja con unos condicionantes específicos que provocan un ambiente difícil de imitar sin ellos. Como dice un amigo de Marce, uno de los organizadores, "la receta secreta de las cocretas de Marce". Los ingredientes que se desvelaron a mi vista eran:
- No es competitivo. Dicen que fue la clave, pero no estoy de acuerdo. No era mas que el pizquito de pimienta que se echa a la salsa. He hecho otros eventos "no competitivos" y al final todo el mundo sale a lo suyo, contrarreloj. Pero no quita que sin pimienta, la salsa no sabe igual.
- Prohibido ir SOLO. Siempre en pareja y si un componente de pareja tiene que abandonar, el otro solamente puede seguir acoplándose a otra pareja. La dureza del evento ha provocado bastantes abandonos y los acoples y desacoples con y entre parejas crearon un compañerismo insuperable.
- Respetando la regla de no ir solo, la organización ha demostrado una flexibilidad y libertad ejemplar. Ellos mismos se ocuparon de poner puntos de control y apuntar cada cambio de pareja, nos vigilaban de cerca pero no daban órdenes. El control de material obligatorio fue estricto pero limitado a lo necesario para nuestra propia seguridad, y si faltaba algo, se buscaba solución en vez de castigar.
- La fiesta no se limitó a los corredores. Algunas personas acompañaron en tramos, familiares y amigos seguían la procesión de locos acercándose a todos los cruces con carreteras, repartiendo comida, bebida y sobre todo compartiendo el mismo ambiente de gran fiesta. Pero aún mas hicieron todos los voluntarios, sobre todo en los avituallamientos. Llegar a un avituallamiento era como llegar a meta y al mismo tiempo un pitstop estilo fórmula1. Nos empujaban una silla debajo del culo, nos metían comida y bebida en las manos e imposible hacer algo mas, lo hacían ellos. (soy maniático con el llenado del camelback porque no quiero que quede aire dentro de la bolsa, permitiendo que el agua vaya haciendo "closh, closh, closh" y lo quería llenar yo, pero no me dejaron, asegurando "no habrá aire") Pero todo eso con unos ánimos, bromas, el mismo rollo relajado que llevábamos, disfrutando a tope. TODOS.
- La salida desde el faro de Bermejo, Chamorga o Anaga, como quieran, fue un detonante. No poder llegar en coche hasta ahí, ir el día anterior y alojarnos todos en el mismo faro no podía hacer otra cosa que crear un ambiente que no existe en las carreras "normales". Muchos fueron en barco. Yo fui con Fernando y Santi hasta Chamorga para ir caminando. En lo que tomamos nuestra última cerveza antes de empezar el reto iba llegando mas gente. Empezaban los chistes, las risas y nos acercamos al faro en grupo. Para nada había sensaciones de ir a una carrera. Luego dentro del faro no hubo otro ambiente que el de una reunión de amigos, comiendo, bebiendo, hablando. No se respiraban nervios por ninguna parte, como si hubiéramos olvidado la razón de nuestra presencia. Aunque naturalmente, dormir, poco. (Material obligatorio 2015: tapones para los oídos)
- La mayoría de los participantes nos conocíamos bastante de las carreras y los pocos desconocidos se integraron en el momento. Representantes de casi todos los clubes de la isla y algunos de fuera formamos para esta ocasión un solo "club".
Hasta allí mi interpretación de la receta de cocletas. Y así las comimos:
Mi pareja del desafío fue Fernando Aguilar. Un personaje que he elegido con malas intenciones, sabiendo que es mas fuerte que yo (me tendría que aguantar el a mi, esperar, tener paciencia, escuchar mis quejas y dolores...) No dudé ni un momento en mi elección por tantas veces que le he visto acompañar a su amigo Pedro, componentes Búho Trail, en retos como Maratón del Meridiano, K42, Transvulcania, Bluetrail, etc. siempre con una emocional entrada a meta juntos. Aunque hemos corrido poco juntos, sabía con quien iba y que no me iba fallar. Por su lado, no tardó nada en confirmarme que lo haría. Fue tanto que pensaba que estaba bromeando, pero desde el momento que mandó sus datos a Marce no había marcha atrás. El había dejado de correr este año y supuestamente íbamos a entrenar.... ya. Entre verano, vacaciones y yo que estaba mal físicamente no llegaron esos entrenamientos hasta mitad de agosto, con apenas un mes. Luego trabajo, familia... Total que salimos 5 veces juntos en distancias de 20-30km. Con otros 5 veces que salimos por separado el total de entrenamiento fue ridículo para un reto de ese calibre.
En el penúltimo entreno, de 39km, casi no llego y me quedo con unas dudas enormes. Como voy a hacer 140km si no puedo acabar 40? Decido descansar otra vez un par de días, luego correr un poco en asfalto, no mas de 10km. A continuación hice el Diente de Sierra y me salió lento pero bien. Y el último entrenamiento por el Teide, a una semana del desafío, lo acabé con muy buenas sensaciones, por fin, y una gran dosis de confianza. Aunque fueron solamente 25km.
Salí hacía el Faro de Chamorga con la intención de empezar y continuar hasta donde podía llegar. Por mucho que me decían que iba a llegar a Buenavista, en realidad, no me lo creía. Pero no me preocupaba. Tenía que aceptar que no estaba en mi mejor forma pero estaba metido en esto y como Fernando tampoco entrenó, iríamos mas igualado...jeje.
A las 08:00 de la mañana del sábado arrancamos desde el faro. Despacito con los 10 últimos. En la bajada a Benijo íbamos en un grupito con Javi Sanchez y Basilio Bravo entre otros. Pero delante no había nadie a la vista, sino ya muy lejos por el asfalto hacía Taganana, reconocibles por los chalecos reflectantes. Sé que Fernando no tiene problemas en llano y dejamos el grupo atrás en los varios kilómetros de piche que tocaban. Creo que llegamos a Taganana alcanzando a la pareja mixta de Las Palmas (Montse y Javier). Les guiamos un poco y empezamos a subir hacía Afur. Montse sufre del calor y se quedan atrás. En la Cumbrecilla nos encontramos con Lechu y Javi y juntos a ellos hacemos nuestro primer avituallamiento externo en la ventita de Jose "el Cañon" en Afur. Fernando se pone a hablar con un amigo local que está ahí preparando una fiesta en la plaza. Parece que estamos de senderismo. Finalmente nos vamos y toca subir dirección Taborno y luego Casa Carlos, detrás del Pico del Inglés. Foto obligatoria de control en el gallinero y seguimos subiendo. Fernando no dice nada. Se queda un poco detrás con Javi mientras Lechu y yo tiramos. En Casa Carlos segundo avituallamiento externo. Fernando me dice que casi no llega, pero no le hago ni caso y le meto una cerveza sin alcohol en la mano. Asfalto hasta Cruz del Carmen, sin incidencias, demasiado pronto para otro avituallamiento y bajamos a Las Canteras en compañía de Angel Yuste y Ortoll que nos van indicando ya que ese tramo lo desconocemos y además sufrimos pérdida de satélites del GPS en el denso bosque de Las Mercedes. En el cruce de las Canteras nos espera la mujer de Fernando con dos bocadillos de pollo y cocacola. Es la hora del almuerzo. Pero después de la parada nos quedamos solos. Seguimos, Mesa Mota, Cruz Chica y subida asfalto al Ortigal. La digestión del bocadillo es complicada y sufro bastante. Pero no hay prisas y Fernando tiene paciencia. Montse y Javier nos adelantan como motos.
Y por fin llegamos al primer avituallamiento oficial ! Desde ahí GR131.
(Sabían que el GR131 empieza en Orzola, Lanzarota, pasa por Lobos, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, La Palma y termina en el faro de Orchila en El Hierro? Y que en dirección contrario es parte de la ruta E7 Europea que luego pasa por Madeira, Portugal, España, Francia, Italia, Eslovenia y termina en Hungría?   Nos queda ruta por correr...)
A pocos kilómetros de llegar a La Caldera nos encontramos con la pareja que vino desde Lanzarote. Pero también con Marce que aparte de animarnos, sacaba fotos del atardecer precioso. No podíamos parar mucho porque queríamos llegar a la Caldera sin sacar el frontal. Pero la bajada hacía Pinolere es mortal para las piernas y hay que dosificar. Finalmente llegamos sin frontal pero como fantasmas en la oscuridad, totalmente de noche ya. Toca cenar. Acaban de salir de ahí Kiko y Raquel y aún está Toño Gonzalez que sufrió la retirada de su compañero y que seguía con Lechu y Javi. Me alegra ver que no estamos demasiado lejos detrás de algunas referencias. Salimos todos juntos, grupo de 5. El ritmo es muy alto para mi pero intento seguir sin llorar. Y así llegamos al Portillo. Frío, noche, sueño... Hay que cambiarse y comer otra vez. Juani nos prepara los macarrones, Samu y otros ayudan con el material y el cambio de ropa. Me dejan cambiarme dentro de un furgón y aprovecho para comer echado en el sillón. Casi me duermo. Pobre Fernando ahí fuera pasando frío? No lo sé, no dijo nada. Se nos acopla Jose Dorta de Tegueste por retirada de su compañero y nos marchamos en la oscuridad de la noche dirección Montaña Blanca. En el Teide se ven lucecitas de frontales. Uff. Que lejos y alto parece. Un mini descanso y comer algo en la base del Teide y atacamos la subida. Mi corazón late a ritmo normal pero demasiado fuerte, parece que va a salir de mi pecho. Me preocupa y se hace dura la subida. En el refugio nos encontramos con Santi y Nayra. Intentan seguir subiendo pero Nayra vuelve. Decide retirarse en el refugio. Santi llama para avisar a la organización y comunicar que el también sigue con nosotros. Subimos directamente hasta la cima para sacar la foto de control. La última parte del ascenso resulta para mi una experiencia única. Temperatura alrededor de 0º, oscuridad total, una subida técnica y ráfagas de viento realmente peligrosas. Pero la adrenalina sirve para superarlo todo mejor. Luego en el teleférico hay mas gente. Montse se retira con problemas de rodilla y Javier seguiría mas tarde con Javi Padrón. Si no me equivoco vimos llegar ahí también a Javi Sanchez junto con Basilio. También Iago y Jéssica. Un vasito de caldo nos calentó un poco y salimos medio zombi hacía Pico Viejo. Sin perdernos mucho bajamos el labirinto de rocas que nos machacaban tobillos y rodillas y estabamos los cuatro desesperados para llegar al sendero de picón. Ahí volvimos a alcanzar a Lechu, Javi y Toño y seguimos juntos hasta Samara donde terminó la noche definitivamente. Pero aún hacía frío y nos pusieron mantas encima mientras tomamos buenas dosis de café, dulces y sandwich. Pepe me esperaba con una Paulaner a ver si conseguía el trueque por mi bici de triathlon. Pero había dicho que sería posible si llegaba muy desesperado a Samara. No fue el caso y tuve que decepcionarle. Quité un kilo de picón de las zapatillas, salió el sol y listos para bajar a Erjos. Un momento antes me comenta Angel Yuste que volvió a caerse en el mismo brazo, el que partió en una caída este verano. Intentó seguir pero volvió a Samara. Si no me equivoco en ese momento también Chelis se queda sin compañero con lo que salimos de Samara en un grupo grande formado por Lechu, Javi, Toño, Chelis, Ortoll, Santi, Jose Dorta, Fernando y yo, 9 personas. Pero no les puedo seguir y se lo comento a Fernando. Parece que lo mismo pensaban los demás y mandamos a Chelis y Ortoll aparte delante, manteniendo nuestros grupos de antes. Toño, Lechu y Javi van a tirones, Lechu sufriendo problemas de hipo que no se quita. Y aunque vamos separados, nos volvemos a encontrar continuamente. En los Partidos tomamos otro descansito bebiendo y se nota ya el calor. Llegando a Erjos Lechu parece estar deprimido ya del hipo y nos convence meternos en otro avituallamiento externo. Cae otra cerveza sin alcohol, pero no del todo con ganas. Solo quedan unas ganas: acabar. Lo pienso pero no me agobio porque aún queda todo el macizo de Teno. Pero Fernando está hasta "los huevos". Se le nota el enfado en la cara, y no habla. Saliendo de Erjos nos mete un ritmo fuerte pero seguimos mas o menos. Me voy sobrecalentando al fuerte calor del sol en la subida detrás de los charcos de Erjos. Santi se queda conmigo, voy controlando para no reventar, pero justito. Desde ahí Fernando y Jose irían en todo momento unos 100m delante mientras Santi y yo hacíamos todo lo posible para seguirles. Se acabaron las conversaciones. En Teno Alto nos anima Eduardo y viendo que ya queda menos, el ambiente vuelve a cambiar. Siguen tirando fuerte Fernando y Jose, pero hablando. La bajada del Risco: último obstáculo duro. Fernando es un crack bajando y desaparece, Jose cerca. Santi va con mas cuidado y me quedo justo detrás de el y por fin, podemos empezar a pensar en el final. Asfalto hasta Buenavista, quedan 7km. Con 135km ya en las piernas me piden correr... Lo intentamos pero no sé yo si avanzo mas que caminando y cuando llegamos a Buenavista el desnivel positivo con un gradiente de por lo menos 1% no se puede superar corriendo, toca caminar. Seguimos las balizas que nos puso el ayuntamiento y llegamos a la plaza. Fernando decide esperar ahí a Lechu, Toño y Javi. Pero no aparecen. Queremos acabar. Seguimos despacio, a ver si nos alcanzan, pero nada. Conseguimos cabrear por última vez a Fernando cuando las balizas no siguen la carretera y nos hacen ir por piedras y pista. Jajaja, se pone las manos en la cabeza gritando "esto no va a terminar NUNCA, no me lo puedo creer !" Y otra vez arranca sin hablar, ritmo mortal para nosotros. Pero con la meta tan cerca, hasta correr vuelve a ser mas fácil. Mirando hacía atrás vemos que viene otra pareja a toda leche pero no son Lechu & co. Así que decidimos acelerar y terminar. De la llegada al faro, poco puedo decir, PURA EMOCIÓN. Saltando (literalmente para Santi que tiene que hacer su salto Correcaminos) de alegría, muchos abrazos e infinito agradecimiento a nuestros compañeros y a toda la gente de la organización. No me lo podía creer. No pensaba llegar y había llegado con una sonrisa de oreja a oreja, con mejores sensaciones que cuando hago una maratón de solamente 40km.... No había tenido ninguna molestia ni dolor y me limité a tomar solamente dos ibuprofeno de 400mg, uno el sábado, otro el domingo.
No sé cuanto tardamos. Calculo mas o menos 32h45min. Delante de nosotros solamente habían terminado Jose Manuel León con Samuel González y Sergio Martín, luego Kiko con Raquel y Chelis con Ortoll. Finalmente llegaron 29 personas de los 52 que lo intentaron. Me siento mas que afortunado. Creo que me ha ayudado pensar que no llegaría porque me quité presión y prisa. Salí a disfrutar de verdad y lo conseguí tanto que da vergüenza decirlo. 32 horas de fiesta. Toño, Lechu, Javi, Jose y Santi, gracias por su compañia agradable. Muchas gracias Fernando por embarcar en esto conmigo y no se puede repetir suficientes veces GRACIAS a todos los que han ayudado a que esto saliera. No solamente lo han hecho, pero han transmitido en todo momento el espíritu del desafío: DISFRUTAR.

Creo que el Faro a Faro ha marcado un antes y después en mis aventuras de trailrunning. Ver que es posible disfrutar y al mismo tiempo hacer una distancia ultra cambiará mi manera de afrontar esos retos. Habrá que parar un poco menos y quizás avanzar un poco mas en algunos momentos cuando es una competición, pero no volveré a "competir" como antes cuando son distancias ultra. No tengo el nivel suficiente para empujar al límite y de nada me sirve sufrir tanto. No mejoraré marcas, pero disfrutar como hicimos en el faro a faro no tiene precio. (Se estará riendo a hora Diego de 4emes...) Además, mi cuerpo lo agradece porque estoy mucho menos molido.
Y como última cosa, acentuar la importancia de beber y comer continuamente. Comer tranquilo, que luego el tiempo perdido se recuperará. Y no comer solamente carbohidratos! En una ultra necesitamos petroleo crudo, nada de gasolina refinada. Y cuidado con las sales. Pocos: desastre. Demasiados: se hincha el estómago,y luego te da hipo durante 7 horas... jaja.

 
 
 
 
 
 
 

















2 comentarios:

untrailrunnerdelmonton dijo...

Muchas felicidaes. Me ha encantado la cronica. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Jo' ¡¡Eres Grande!!

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